martes, 11 de mayo de 2010

El Sukia en costa Rica: breve reseña sobre la continuidad estética del ritual y ceremonia


El homo sapiens, al llegar a Europa y a tierras Americanas, experimento una “explosión” de habilidades cognitivas(que ciertamente se encontraban en África), particularmente en la transición del Paleolítico superior (hace unos 45 000 años), generándose una gran cantidad de expresiones: lenguaje moderno, elaborados funerales para ciertas personas, refinada construcción de herramientas que iban mas allá de la mera funcionalidad, fabricación de imágenes, y una rica historia de mitos, rituales y ceremonias (Lewis-Williams, 2002, pág. 101) llevadas en muchas ocasiones por la figura de un chaman, que entraban en contacto con otras realidades, y potenciaba el éxito en la caza, la salud, la fertilidad (Marshack, 1991, pág. 276) y el bienestar de la comunidad en general, representando sus ritos en las pinturas de las cavernas, en las mascaras o en sus esculturas(teriantropo de Hohlenstein-Stadel). Esta tradición continúo conforme el Homo sapiens, se expandió por el mundo, y en Costa Rica, hallamos las obras[1] de este continuo representado por la figura del sukia, en una construcción de imágenes que comenzó 700 años AEC hasta el 1500 DEC en la historia de nuestro territorio.

Los sukias o awapas son los médicos, los encargados de preservar la salud de los miembros de la comunidad. La salud no solo de sus cuerpos, sino también de sus espíritus, ya que la enfermedad para los bribri tiene un origen espiritual. De acuerdo con este concepto, el sukia es mucho más que un médico, es también el guía moral y espiritual para el pueblo. (http://www.unesco.org.uy/phi/aguaycultura/es/paises/costa-rica/pueblo-bribri.html).

La figura del sukia junto con la del rey o cacique eran los fundamentos de la cohesion social de los pueblos nativos, en la que los consejos de ambas figuras era de vital importancia y sobre todo la ejecución del ritual, que como nos dice Ellen Dissayanake, se encuentran en todas las sociedades humanas y que sirven para numerosos propósitos: el estado y el refuerzo de valores de un grupo de personas, la unidad para un propósito común y creencia, los rituales explican lo inexplicable –muerte, nacimiento, enfermedad y desastres naturales- en un intento por controlarlos o hacerlos soportables. (Dissanayake, 1995, pág. 48). Los rituales que practiban los sukias los podemos ver en esta descripción:

"Los Sukias consideran las enfermedades como males psíquicos, no como estados patológicos y, desde luego, para curarse deben ser repelidas esas enfermedades también por actos que abunden en hechicerías, exorcismos e imprecaciones.
En estas ceremonias y para impresionar al paciente, el Sukia afecta, en el momento que sigue al de la meditación, una exaltación que raya en paroxismo, acompañado de gritos y gesticulaciones estrambóticas hasta el agotamiento. Es precisamente en este instante cuando pretenden estar en comunicación directa con los espíritus divinos, en calidad de intermediarios entre el enfermo y las fuerzas ocultas, las que habrán de inspirar el diagnóstico preciso y un plan efectivo para las curaciones. En algunos casos, durante la meditación, queman algunas plantas resínosas y aromáticas."
Algunos Sukias, en el momento de la recitación y de los cantos, hacen sonar constantemente y obedeciendo a un ritmo pausado, una pequeña maraca o chilindrín, generalmente hecha de un calabazo o de arcilla. Otros usan un tambor hecho de un tronco de madera hueco, con una de las bocas tapadas con piel seca de iguana. Parece que estos cánticos, así como la música de las maracas y el tambor, son excepcionalmente favorables para lograr su comunicación con el más allá. Es en estos momentos, cuando con gran respeto y veneración, sacan una piedra divinatoria de su mochila y, frotándola entre las manos, le rezan una oración. Luego soplan sobre ella para ver que interpretación habrá de vaticinar." (http://www.clasa-anestesia.org/search/apendice/comision_historia/costa_rica/lucha_contra_dolor.htm).

Y este ritual, de ritmo, cantico y música, es un producto de la especie, inherente a su naturaleza y a su visión del mundo. (Dissanayake, 1995, págs. 82-84)
Las representaciones del sukia en nuestro país, proceden de diferentes zonas, en las que se puede mencionar la región de Talamanca. Se representaba de varias maneras, con una actitud típica del trance ritual o contemplación, sugiriendo el consumo de sustancias alucinógenas para la producción del trance y la adquisición del conocimiento mágico a fin de llevar a cabo las tareas de sanación de los rituales. Las representaciones artísticas en piedra y algunas en oro demuestran la importancia del personaje en la comunidad, y lo habilidoso de los artesanos para llevarlas a cabo. El arte en Costa Rica, desde la época precolombina es muestra de la continuidad común de la especie por el ritual, la ceremonia y el arte[2]. La recuperación y preservación de este patrimonio es fundamental para las generaciones futuras, para entender nuestra raíces, comprender nuestro presente, y construir un futuro.

Bibliography

Dissanayake, E. (1995). Homo Aestheticus. Seatle: Univesity of Washington Press.

http://www.clasa-anestesia.org/search/apendice/comision_historia/costa_rica/lucha_contra_dolor.htm. (n.d.). Retrieved from Reseña Histórica de la Anestesia en Costa Rica.

http://www.unesco.org.uy/phi/aguaycultura/es/paises/costa-rica/pueblo-bribri.html. (n.d.). Retrieved from DESCRIPCIÓN RESUMIDA DEL PUEBLO BRIBRI.

Lewis-Williams, D. (2002). The Mind in the Cave. London: Thames & Hudson.

Lic. Patricia Fernández Esquivel & Lic. Fernando González Vásquez. (n.d.). http://www.museosdelbancocentral.org/contenido/articles/50/2/Catalogos-completos/Paacuteginas2.html. Retrieved from Antonio Saldaña: Último “Rey” de Talamanca.

Marshack, A. (1991). The Roots of Civilization. New York: Moyer Bell Limited.

Zuñiga, A. R. (1994). http://www.cimm.ucr.ac.cr/aruiz/libros/Historia_MatematicasCR/Capitulo16/Capt16_04.html. Retrieved Mayo 11, 2010


[1] El metate No. 215 de la Colección Arqueológica del INS presenta dos cabezas zoomorfas en la parte anterior. Por la cabeza y orejas se identifica como motivo de felino -fam. felidae-. El felino está contemplado dentro de los tabúes de Talamanca, "éste no lo puede matar ni comer la mujer embarazada o su esposo, de lo contrario podría provocar al futuro niño la enfermedad del tigre (llamado entonces 'namúa-li') o la enfermedad de los rapaces (pud li) que se refiere a todo tipo de enfermedades respiratorias" (Zuñiga, 1994)

[2] “…a través de una dominación pacífica por medio de autoridades nombradas y avanzadas evangelizadoras emprendidas regularmente a partir de Thiel, se dio una abierta persecución de las costumbres ancestrales: a los sukias se les equiparó con “brujos”, se prohibió el control natural de la natalidad a través de la herbolaria y de la práctica de la poligamia y del enterramiento secundario -que implicaba la fiesta de los huesos con gran consumo generalizado de chicha-; el “rey” iba perdiendo control sobre el libre curso de las costumbres más arraigadas de su pueblo”. (Lic. Patricia Fernández Esquivel & Lic. Fernando González Vásquez)

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