lunes, 10 de mayo de 2010

100 años de cine de terror


Desde los albores de la aparición de los homínidos, los truenos, la lluvia, la noche y los animales, por mencionar algunos siempre han causado temor, admiración y respeto. Alrededor de una fogata, en una oscura noche se cuentan historias de terror, y de esta manera, provocar un mayor impacto en el escucha. Fue la primera forma de transmitir historias, quizás, en épocas tempranas de la evolución del homo sapiens, y siguiendo las tradiciones orales, antes de la aparición de la escritura, fue una manera de alertar a los demás sobre los peligros de andar solo en la noche, adentrarse en la sabana sin compañía, o en fin, para mantener a los miembros de una tropa, el grupo social primigenio en un lugar determinado.

Con el advenimiento de la escritura, y una mejor preservación de la tradición oral, la literatura durante muchos años recogió todos estos elementos que conformaron un imaginario que sería explotado mucho tiempo después por la industria cinematográfica, que, aparecida a finales del siglo XIX y principios del siglo XX se nutrió de estas historias para, de una manera más directa continuar con la generación de sensaciones de terror en el espectador.

Es probable que el género de terror lo encontramos inaugurado con la película de 1910 “Frankestein”, hecha por la Edison Film Company, dirigida por J. Searle Dawley, y producida, según se dice por el mismo Tomas Edison. El metraje de aproximadamente 16 minutos, recogía una adaptación libre de la historia de Mary Shelley con una actuación de Charles Ogle como Frankestein, que en la película es creado si se quiere, por un medio alquímico. La película muestra usos incipientes pero muy bien manejados de acercamientos y una historia un tanto abstracta tanto por la génesis de este Frankestein, como por las implicaciones psicológicas que muestra. Como anécdota cabe mencionar, que no fue sino hasta 1993 que la película pudo ser rescatada y editada en el actual formato DVD.

Pero no es sino hasta 1920 que puede hablarse de un género de terror propiamente dicho. La película Nosferatu, dirigida por F.W. Marnau y con la actuación de Max Shreck, de los míticos estudios UFA de Alemania, nos muestra una obra maestra del cine expresionista (siguiendo la corriente de arte vanguardista del mismo nombre), explotado de una manera excelente por varios directores que trabajaron en estos estudios.

Nosferatu recoge la adaptación libre de la novela de Bram Stoker, ya que los herederos de Stoker no dieron el permiso legal para la utilización del libro, y luego de un litigio, el juez a cargo ordeno destruir todas las copias. Afortunadamente algunas sobrevivieron. Nosferatu fue realizada más que nada en exteriores, cosa curiosa en la tradición expresionista, donde el juego de sombras de los escenarios expresionistas provocan una sensación de ahogo y encierro, tal como sucede en otras de las películas emblemáticas del género como lo es el Gabinete del Doctor Caligari, de 1920, dirigida por Robert Wiene, también de los estudios UFA. Marnau, utilizo novedosas técnicas de edición, tal como es el cambio de color en el paso del mundo al inframundo, y, además de la actuación de Max Shreck, le dieron al film una connotación de película de culto al paso de los años. En las escenas finales, es histórica, la sombra que Nosferatu dibuja en la pared conforme se aproxima la dormitorio de su amada.

Otra de las películas de esta primera tradición del cine de terror la encontramos en la no menos maravillosa El Golem, llevada la cine en 1920 por el director Paul Wegener. Cuenta la historia de un monarca que empieza una persecución, y la creación de un rabino del Golem a partir del barro, la historia guarda ciertas semejanzas con la historia de Frankestein, sobre todo la historia de amor paralela que se da a lo largo de la película. ¿Porque esta repentina explosión de cine de terror en la Alemania de los 20s?, probablemente la situación social de Alemania de la postguerra, el pesimismo generalizado en la población fue quizás un detonante para crear este ambiente de producción cinematográfica; de igual manera influye el cine al espectador, como el espectador en conjunto como sociedad a la creación de propuestas cinematográficas.

Hollywood parece retomar el cine de terror hasta después de la depresión de 1929, y en 1931 Frankestein es llevado nuevamente a la pantalla. Dirigida por James Whale y protagonizada por Boris Karloff en una muy buena actuación, permiten el desarrollo del tema en la industria cinematográfica norteamericana, que continuara con otra memorable producción: Dracula, dirigida por Tod Browning, e interpretado también por Bela Lugosi.

Posterior a estos hitos cinematográficos, el cine de terror pareció estar en un estancamiento en los años siguientes, probablemente al haberse agotado la veta literaria, se recurre a un nuevo tipo de terror, mas psicológico y no tanto basado en las historias y figuras míticas del genero, y nos encontramos con producciones como “Los Ladrones de Cuerpos” de 1956 dirigida por Don Siegel, película influenciada por el ambiente social del momento, la guerra fría y la lucha anticomunista generada al interior de los Estados Unidos, y por supuesto el Exorcista del año 1973, dirigida por William Friedkin, con la actuación de Linda Blair, como la actriz principal. En ambas películas se da la perdida de la identidad por excelencia, recuerdos, sentimientos y un comportamiento totalmente fuera del sujeto, cuando no son suplantados por otros.

El cine de terror se revitaliza en los años siguientes con producciones como “El bebe de Rosemary” de Roman Polansky de 1968 famoso por su relación en los asesinatos perpetrados por Charles Mason, y “The Shining” de Stanley Kubrick, protagonizada por Jack Nicholson de 1981. Casi diez años después, vendría la genial “El silencio de los corderos” dirigida por Johathan Demme, donde se incluye el perfil del asesino en serie, además de una trama psicológica digna de admiración. Tema retomado por la película Seven del año 1995 dirigida por David Fincher y protagonizada por Brad Pitt y Morgan Freeman.

Algunas películas sirvieron de relleno al cine de terror, tal como la producción Braindead del ahora conocido director Peter Jackson, las franquicias de Viernes 13, las pesadillas de Elm Street, y Tiburón, que sin llegar a ser obras de arte, se mantienen en el colectivo de la población. A finales del siglo XX, el género de terror ha tratado de establecer algunas novedades, como por ejemplo “El proyecto de la Bruja de Blair”, realizada en estilo documental, donde los protagonistas se enfrentan al bosque y a la persecución de un enemigo desconocido. Un nuevo enfoque de la muerte o la experiencia de ella aparece con producciones como Sexto Sentido del año 1999 del director Night Shyamalan, protagonizada por Bruce Willis; los Otros del año 2000 dirigida por Alejandro Amenabar en base parcialmente al libro de William James Otra vuelta de Tuerca, y el Orfanato del año 2007, dirigida por Juan Antonio Bayona. Así como nuevos enfoques se dan en la creación literaria, así nuevos enfoques se le dan a los personajes, como en el caso de la película “Entrevista con el Vampiro”, de 1994, dirigida por Neil Jordan y protagonizada por Brad Pitt, Tom Cruise y la muy joven Kirsten Dunst; los vampiros son vistos, no ya como decadentes y viejos seres, sino con juventud y elegancia, visión retomado en la película Crepúsculo del año 2008.

Con producciones como película The ring, del japonés Hideo Nakata y el posterior remake de la productora Dreamworks de Estados Unidos y del año 2002 se propone un cine novedoso y más cercano a los efectos especiales, tratando de mezclar las tradicionales historias de terror con las nuevas tecnologías.

El cine de terror continúa produciéndose de la misma manera que se generan las historias, con el uso increíble de nuestra imaginación. Cuentos alrededor de una fogata, historias sobre fenómenos inexplicables, todo parece estar entretejido en la relación simbólica que el ser humano tiene con la naturaleza y como la representa haciendo abstracción de los fenómenos externos para poder buscar una explicación racional cuando la puede hallar, cuando no, es presa de temores propios de su ignorancia, cuando no, presa de su ínfima posición en el universo; pero a su vez producto de sus grandes cualidades es tratar de respetar lo desconocido, pues las consecuencias de no hacerlo son pavorosas tal y como lo ha experimentado esta especia a lo largo de casi 200 000 años de vagar por estos rumbos. Quizás, desde 1895 cuando los hermanos Lumiere proyectaron su primera película “La llegada del tren”, y los espectadores salían despavoridos ante la inminente salida del tren de la pantalla, así nosotros estamos hoy en día, con el temor de que nuestras acciones y creaciones cobren vida y pidan la cuenta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario